Quien ha estado en Cala Moraig, en Benitachell, lo sabe: no es solo una cala bonita. Es un punto de partida. Un acceso directo al Mediterráneo más salvaje, donde los acantilados de la Cumbre del Sol se hunden en el mar y esconden entre sus grietas algunas de las formaciones más curiosas de toda la costa alicantina.
Lo que no todo el mundo sabe es que, desde el agua, Cala Moraig cambia por completo. En kayak o paddle surf, el paisaje se transforma: esta cala de postal se convierte en una ruta llena de recovecos, cuevas marinas, arcos de roca, y pequeñas calas a las que solo se llega remando.
Desde Cala Moraig puedes hacer una de las rutas más espectaculares de la zona. Y en pocos minutos remando puedes aparecer en sitios que ni siquiera sabías que existían.
Uno de ellos —el más famoso— es la Cueva de los Arcos. Está justo al principio, al lado de la propia playa, y es probablemente el sitio más fotografiado de toda la zona.
El agua entra y sale por los arcos, y a veces, si te fijas, puedes ver cómo brota agua dulce desde el fondo: viene directamente del acuífero del Puig de la Llorença.
Un poco más adelante, siguiendo la línea de costa hacia el sur, aparece la Cueva de los Peces.
No tiene pérdida. La entrada es más estrecha, casi escondida, pero dentro el agua se vuelve completamente transparente. Si vas en silencio y te quedas quieto un momento, puedes ver decenas de peces nadando alrededor. No hay mucho espacio, pero es perfecta para una parada rápida antes de seguir.
Y si te animas a remar un poco más, hacia el norte, en dirección contraria, llegas a una de esas joyas que solo se encuentran si sabes que existen: Cala dels Testos.
A pie es complicada (hay que bajar por una senda empinada), pero en kayak o SUP es muy fácil. Suele estar más tranquila que Moraig y, si llevas algo de comida, es un sitio perfecto para hacer una parada larga y descansar un rato entre baños.
Está en la costa de Benitachell, entre Moraira y Jávea. El acceso es por la urbanización Cumbre del Sol, y en verano el tráfico está regulado, así que hay que aparcar arriba y bajar andando o con un pequeño servicio lanzadera. El camino de bajada es asfaltado, con pendiente, pero merece la pena. Al final, te espera una playa de grava blanca con aguas de color azul turquesa. Puedes consultar la ubicación exacta aquí:
Verás la costa desde otro ángulo, sentirás el viento en la cara y desconectarás de todo. Es libertad pura sobre el mar.
Puedes consultar la ubicación exacta aquí:
Sí, directamente en la playa. No hace falta traer tu propio material ni buscar por los alrededores. Puedes reservar tu kayak o tabla de paddle surf y lanzarte al agua desde el mismo punto. Si es tu primera vez, también puedes pedir recomendaciones sobre las condiciones del mar, los mejores tramos horarios (el mar suele estar más calmado por la mañana), y por dónde empezar la ruta para evitar viento o corriente.